¿Qué piensan ustedes cuando le dicen Alejandra Otero?.... si me preguntan a mí, yo respondería: rulos matadores, espontaneidad, picardía, y una linda sonrisa; Alejandra, desde pequeña supo cual era su objetivo, si, dedicarse al mundo de la comunicación y vaya que lo ha hecho.
Recuerdan aquellas tardes en
la que gran parte de la población venezolana se sentaba a ver al entrañable “Ciudadano”
así mismo, Leopoldo Castillo. Muy joven para la época, Otero, tuvo la
responsabilidad de ser uno de los pilares del programa. Esta stalker (Mas adelante sabrán por qué) hizo reír a mas de uno en un
programa muy divertido, actualmente, podemos disfrutarla en su obra mas
reciente Malas Ideas.
1) ¿Sabias que tu rulos son un encanto? Cómo fue la infancia de Alejandra ¿fuiste muy tremendo en aquella época?
Mi
infancia la recuerdo llena de inventos. Me la pasaba jugando con mi
prima Emiliana creando obras de teatro, exposiciones, conciertos de
piano o cualquier cosa que implicara utilizar un disfraz. En el colegio
fui tranquila hasta el bachillerato que me descarrilé un poco jeje. El
ambiente en casa de mis papás siempre me llevó a estar rodeada de arte y
cosas creativas. Mientras mis amigas se iban de vacaciones a
campamentos fuera de Caracas, a mí me metían en los talleres
vacacionales que ofrecía el Teatro Teresa Carreño o el Ateneo de Caracas
donde estudié teatro, aprendí a hacer títeres, caricaturas, etc.
2) ¿Cuando comienza tu deseo por desempeñarte en el área
del periodismo?
Desde pequeña siempre quise ser actriz y periodista.
A los 11 años escribía con mi prima Emiliana un periódico sobre las cosas que
pasaban en mi casa. Como El Nacional ya existía y mi casa se llamaba Macondo,
decidimos ponerle El Macondial. Al principio lo escribíamos a máquina y le
cobrábamos a la gente por leer el único ejemplar que hacíamos. Después mi papá
nos regaló un programa sencillo para diagramarlo en la computadora y ya la
tercera edición de El Macondial venía incluso con una revista encartada que le
pusimos El Cuaimaleón. Escribir y entretener fueron dos cosas que me gustaron
hacer siempre.
Hacer reír a un público es una de las mejores
sensaciones que existen. Siempre me gustó y ahora que vivo de eso no me imagino
haciendo otra cosa. Se siente liberador, tanto para mí como para el que me está
escuchando. Claro, todo esto requiere de un fuerte trabajo, que también
disfruto un montón.
4) Hace mucho tiempo comentaste en una entrevista en el diario
quinto día que tenias tu propio diario con tu prima Emiliana, ¿Cual fue tu
primer trabajo en el mundo de la comunicación?
Mi primer trabajo fue en el diario Así es la noticia,
que era un periódico vespertino que publicaba El Nacional dirigido a los
sectores populares. Hice una pasantía allí cuando tenía 15 años y logré pasar
por las distintas secciones del periódico: ciudad, farándula, deportes… al
principio me costó mucho porque me daba pena entrevistar a la gente y me
costaba investigar sobre ciertos temas, pero después de leer el primer artículo
de prensa firmado con mi nombre, entendí que era algo que quería seguir
haciendo.
Mi primer trabajo pago fue en la Radio del Ateneo de
Caracas, en donde tuve mi primer programa de radio, al principio con Juan Ignacio
Chirinos y después con Daniela Maestres. Salíamos al aire de 1 a 3 de la tarde de lunes a
viernes y era un show dirigido a universitarios.
En Aló Ciudadano entendí la importancia del ritmo, la
emoción de la inmediatez y lo difícil que es lidiar con la opinión de una
audiencia. Fue una gran escuela para mí. Era un equipo de primera. Trabajar en
Globovisión en esa época era súper emocionante. Te sentías no solo importante
sino responsable por tener en tus manos el poder de informar a tanta gente.
Además fue gracias a esa experiencia que me empezó a gustar tanto la política,
tema que inicialmente no me llamaba tanto la atención.
Actualmente seguimos presentando Malas Ideas, un show
de stand up comedy que comparto con mis amigos Nanutria, Verónica Gómez y Rey
Vecchionacce. Comencé a hacer teatro formalmente cuando empecé a trabajar con
Catarsis Teatro, una compañía de teatro que tuvo sus inicios en el grupo de
teatro de la Academia Merici y que terminó siendo un grupo de teatro de gente
joven apasionada por el teatro. Yo estudiaba Comunicación Social en la
Universidad Monteávila en aquel momento y estaba tan desesperada por hacer
teatro que cuando el director del grupo, José Ramón Couto, me preguntó si
quería actuar, le dije que sí sin saber ni siquiera en qué obra sería o qué
personaje haría. Mi primer personaje fue un perro maldito del infierno y
aparecía solo 8 minutos en una obra súper intensa que duraba hora y media, pero
fue divertido. Luego actué en 4 obras más, nos presentamos en el Ateneo de
Caracas y en el Celarg en varias temporadas. Hasta que entré a trabajar en Aló
Ciudadano y no pude seguir dedicándole tiempo a las artes escénicas.
7) Comedy Central con el stand up: El Boliche
Me encantaría, pero hasta ahora nunca he participado
en ese canal.
8) Los jueves 9:30PM Celebrity Rooms, era impelable. Si E!
Me hubiese llamado para participar seguro me tachaban por cruelo devil JOJO
¿cómo fue tan increíble programa?
Fue muy divertido. Me encantaba prepararme para ese
programa porque tenía que investigar sobre cada personaje y sacar chistes sobre
declaraciones que habían dado, proyectos que habían hecho o relaciones que
habían terminado. Básicamente me convertí en una stalker de celebridades.
Espero que no me hayan odiado mucho jeje. El equipo con el que trabajé también
era muy divertido.
9) Emilio Lovera = Escuela para todo aquel que trabaja
con el, ¿Qué enseñanza te dejo?
Trabajar con Emilio Lovera fue como hacer un
postgrado en comedia. Desde que trabajé con él en Misión Emilio entendí
totalmente por qué ha llegado tan lejos. Me ayudó mucho a crear personajes, a
encontrar algo chistoso en cada situación, a utilizar cualquier habilidad que
crees que puedas tener para hacer reír. Es un genio improvisando y su trato con
la gente demuestra su nivel de humildad, algo que no necesariamente tiene mucha
gente en este medio. Siempre me impresionó cómo lograba sorprendernos a cada
rato. Me siento muy privilegiada por haber podido trabajar con él.
10) ¿Global Shapers? Háblanos de esa pequeña comunidad
No es tan pequeña, de hecho actualmente somos más de
5.000 en todo el mundo. Es una de las comunidades que forman parte del Foro
Económico Mundial, la ONG más grande del mundo y que decidió en 2010 crear esta
comunidad formada por jóvenes entre 20 y 30 años, dado que la mayoría de la
población mundial tiene alrededor de esas edades. Para ser Global Shaper tienes
que ser alguien que se ha destacado mucho a nivel profesional y tiene una
marcada sensibilidad social. En Venezuela somos actualmente 18 Shapers que
trabajamos juntos en proyectos que beneficien la comunidad como, por ejemplo,
una serie de eventos que hemos venido organizando bajo el título Razones para
vivir en Venezuela. El grupo es súper diverso, hay artistas como la cantante
Laura Guevara o la diseñadora de modas Daniela Panaro, emprendedores como Juan
José Pocaterra, fundador de Vikua, empresa que ofrece soluciones inteligentes
al tránsito, o trabajadores sociales como Alexandra Winkler, quien participa
activamente en la gestión de la Alcaldía El Hatillo.
11) ¿Cómo es aquella Alejandra cuando está lejos del
trabajo? ¿Qué le gusta hacer? ¿Cual es su postre favorito?
Me cuesta estar lejos del trabajo, pero cuando lo
logro amo ver películas, ir al teatro, estar con mi familia y amigos, leer, ir
al Ávila, comer y, sobre todo, viajar. Mi postre favorito podría ser el Fondant
de chocolate.
12) Sabes muy bien la caótica Venezuela, que estamos
viviendo ¿Qué te parece la medida contra los Centro Comerciales? sabemos que en
muchos hay teatros y cines, el escape del venezolano ¿Cual seria tu mensaje a
todos esos jóvenes que aspiran con una Venezuela mejor?
He repudiado públicamente esa medida, por tratarse de
una medida arbitraria que no solo no soluciona el problema de la electricidad
sino que además refleja la ineficiencia de un Gobierno que no invirtió en el
sistema eléctrico en 17 años y ahora nos hace padecer las consecuencias sin la
posibilidad de trabajar (ni los artistas ni los demás trabajadores que laboran
en esos horarios) ni la de distraernos en los centros comerciales, casi los
únicos lugares de distracción con los que contamos, dada la alta inseguridad en
las calles.
Mi mensaje para esos jóvenes sería que tenemos que
tener paciencia porque esta es una etapa difícil que nos tocó vivir, pero es
justamente eso: una etapa, que pasará y que si seguimos trabajando y haciendo
lo que nos gusta, aprovechando las oportunidades que tenemos, podremos ver
pronto el país que todos queremos.
Si deseas conocer mucho más de Alejandra Otero, puedes visitar sus redes sociales en los siguientes enlaces:
Twitter: @AleOtero
Instagram: AleOtero
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